¿Quiénes somos?

Gimnasianos en las aulas de Bachillerato.
La Fundación Gimnasio Moderno es una entidad colombiana, privada, sin ánimo de lucro y sin dueños. Fue creada en 1914, y en 1919 pasó a ser fundación. Su objeto consiste en propender por el perfeccionamiento de la educación de niños y jóvenes en un ambiente de libertad, solidaridad y democracia. En la actualidad dirige dos colegios en Bogotá: el Gimnasio Moderno y el Colegio Gimnasio Sabio Caldas (IED). Al mismo tiempo, apoya a otros colegios en Colombia con la transferencia de su modelo pedagógico.
Misión
El Gimnasio Moderno de Bogotá es un colegio colombiano, privado, de inspiración liberal y humanista, en transición hacia el bilingüismo y en proceso de consolidar su programa de internacionalización. Su objeto consiste en educar de manera integral a niños y jóvenes para un liderazgo al servicio de la sociedad, fomentar el pensamiento crítico, las libertades individuales, los valores éticos, el amor por Colombia y la conciencia social y ambiental, así como un compromiso con los desafíos del mundo. Su modelo educativo se basa en la Escuela Activa, en el rol fundamental de sus maestros, en la Disciplina de Confianza y en la máxima “Educar, no sólo instruir”.
Visión
En el 2027, el Gimnasio Moderno será un referente latinoamericano en la pedagogía, la cultura, el liderazgo, la Educación Positiva, la innovación, la formación ética, la vocación social y el cuidado del medio ambiente.
Reseña Histórica
El 18 de marzo de 1914, en una vieja casona, ubicada en la calle 57 con la carrera séptima, se materializó la idea del Gimnasio Moderno. 38 alumnos fueron quienes iniciaron su formación en esta casa de educación y de cultura, que ofrecía a los ciudadanos formarse y educarse en un ambiente de libertad y autonomía.
Los maestros que se adhirieron a ese sueño pedagógico eran ajenos a recursos muy utilizados en su época como la férula y la educación ortodoxa que lideraba la iglesia a mediados de la hegemonía conservadora de principios de siglo; por el contrario, los docentes gimnasianos, desde entonces, se han identificado con los principios de la Escuela Nueva, que buscan desplazar los castigos y la memorización, para dejar que el niño piense por sí mismo.
Por eso su currículo se ha caracterizado por mantener clases en huertas, pintura al aire libre, disciplina en los deportes, representación de obras de teatro, montaje de orquestas y cátedras en las que los estudiantes tienen la oportunidad de descubrir el mundo más allá de los libros, gracias a las salidas con sus maestros en donde tienen la oportunidad de acercarse a la botánica en vivo, a la zoología en directo y a la geografía caminada.
Esta forma de enseñar, siempre ha sorprendido a unos y ha despertado sospechas en quienes no conocen los métodos que la italiana María Montessori y el belga Ovidio Decroly implementaron a principios del siglo pasado en Europa y que Agustín Nieto Caballero consideró y estaba convencido que debían ponerse en práctica en Colombia.
Por eso, cuando llegó al país en 1913, le planteó primero sus inquietudes al gobierno y al no encontrar eco en él, se puso en contacto con los hermanos José María y Tomás Samper Brush y otros amigos, quienes se unieron de manera visionaria a la idea y entregaron su patrimonio para construir un colegio de avanzada.
Por eso su pedagogía siempre ha estado cercana a los ideales de grandes representantes de las teorías de educación y de psicología del mundo. Figuras como John Dewey y Jean Piaget han sido su referente. De igual forma, el Gimnasio Moderno ha sido una institución que ha estado en permanente contacto con otros pensadores del siglo XX, como una manera de engrandecer su espíritu y de introducir modernos conceptos pedagógicos.
Grandes personalidades de la vida nacional, han sido invitadas a participar en el modelo de esta escuela que ha marcado una verdadera transformación en la educación tradicional colombiana.
Hombres y mujeres con los oídos alertas ante el movimiento universal de las ideas, se convirtieron en el motor principal de esta revolución, que definió para siempre la esencia del colegio: nombres como Tomás Rueda Vargas, Ricardo Lleras Codazzi, Ricardo Gómez Campuzano, Miguel Fornaguera, participaron en sus inicios y fueron figuras indispensables en el sacudón que el Gimnasio Moderno le dio a la educación tradicional y pasiva en Latinoamérica.
A lo largo de los años, figuras de la vida nacional también se vincularon a la misión educativa del colegio, como lo hizo Julio Carrizosa Valenzuela, quien además de haber sido Ministro de Educación fue también rector del colegio.

Juan Felipe León Barrero – 4C.
Lo mismo sucedió con Carlos Lleras Restrepo, quien antes de ser Presidente de la República, fue, en 1944, Rector y el primer Decano de la Facultad de Administración Industrial y Comercial, que Daniel Samper Ortega creó, para darle continuidad a la formación profesional de los estudiantes y la cual, con los años, le daría pie al surgimiento de la Universidad de los Andes, por iniciativa de Mario Laserna y otros exalumnos gimnasianos.
Pero el espíritu sustancial del Gimnasio Moderno también inspiró otros proyectos pedagógicos, como el Gimnasio Femenino, en 1927. Un colegio que llenaría el enorme vacío existente a principios del siglo pasado en la formación de la mujer. Otras instituciones educativas también nacieron de la esencia del colegio como, el Alfonso Jaramillo, el Gimnasio del Norte, el Agustín Nieto Caballero, el Colegio Gimnasio Sabio Caldas (IED), entre otros.
Así mismo, fomentó el surgimiento del movimiento Scout, como otra manera de contribuir en la formación de los jóvenes; y como parte del compromiso humanitario que se les inculca a sus alumnos. Desde sus prados se promovió la creación de la Cruz Roja Nacional Juvenil hace ya casi 95 años.
El interés de los fundadores del colegio por contar con maestros extranjeros fue también un elemento primordial que ayudó a alimentar la Escuela de Maestros: Una manera de formar a los docentes gimnasianos dentro de los paradigmas de la Escuela Activa: un espacio para formar a quienes enseñan.
Figuras de la talla del catalán Pablo Vila Dinarés; del matemático suizo Henry Yerly o del alemán Ernesto Bein, muestran el esfuerzo y el interés del colegio por crear una atmósfera ideal para concretar su obra pedagógica, a partir de la calidad y la permanente formación de sus docentes.
A través de las excursiones, que se realizan desde los primeros grados escolares, los estudiantes más pequeños recorren regiones cercanas a la capital, para luego, a medida que su espíritu exploratorio se amplía, conocer todos los rincones del territorio Nacional. Una manera de estimular la autorregulación que los estudiantes deben ejercer sobre sus vidas y una manera de desarrollar en ellos un profundo amor por Colombia.
Luego del fallecimiento de don Agustín en 1975 y de Ernesto Bein, en 1980, han sido los propios hijos de casa los encargados de llevar las banderas y los idearios de este “alcázar de ilusión”, como lo reza el himno de la institución: Mario Galofre Cano, Germán Pardo Sánchez, Leopoldo González Chaparro, Juan Carlos Bayona Vargas y Víctor Alberto Gómez Cusnir, han procurado, desde sus rectorías, mantener a esta institución a la vanguardia en sus conceptos pedagógicos pero siempre conservando sus principios: la libertad, la autonomía, el diálogo, el amor por Colombia y el niño como centro del proceso e interlocutor válido.
94 promociones de gimnasianos, que desde 1922 se han graduado del colegio, han sabido marcar la historia de Colombia desde cada una de las áreas que sus almas les han dictado: empresarios, abogados, políticos, economistas, artistas, músicos, deportistas, escritores, líderes religiosos, periodistas, comunicadores, científicos, financieros, médicos, educadores, diplomáticos, arquitectos, ingenieros, cocineros, filósofos, entre muchas otras vocaciones, han sido fieles a los principios inculcados en el campus del colegio.
Sus egresados, como ciudadanos, se han destacado como hombres de bien, responsables con la sociedad, con principios, valores claros y transparentes, leales a su rectitud, líderes innatos, caballerosos y con un claro sentido de pertenencia hacia su país.
El Gimnasio Moderno, declarado Monumento Nacional en 1984, y en la actualidad Bien de Interés Cultural del Orden Nacional, ha sabido acomodarse a un mundo cambiante, sin alterar sus principios que siguen siendo los mismos que inspiraron a sus fundadores durante sus primeros cien años.
Ahora, rumbo a la conmemoración de su segundo centenario, el colegio está reorientando su destino para dejar una marcada presencia en un mundo cada vez más competitivo, pero sin arriesgar en lo más mínimo, los postulados humanistas que nos han caracterizado la formación de sus alumnos y su desempeño en la vida nacional. Es por esta razón que le ha dado paso, dentro de su currículo, al bilingüismo. Pero no por las contingencias, ni las modas que nunca le han importado al talante del colegio, sino por darles la oportunidad a los muchachos de dominar una y ojalá muchas lenguas, para que puedan ser ciudadanos de este mundo ancho y ajeno donde no pueden ni deben extraviarse.
Es también una apuesta del colegio en este vuelo, el educar a esos nuevos colombianos, dentro del marco de los desafíos globales, los nuevos medios, las lenguas extranjeras y los nuevos dispositivos; y al mismo tiempo, consolidando un sentimiento de construcción y de servicio hacia el país. Estando a la altura de los tiempos que corren pero diferenciándose desde la identidad, el humor, la autonomía y la franqueza.
Seguirá el Gimnasio Moderno trabajando de manera visionaria para proyectarse desde sus programas académicos, la actualización de su planta física, la capacitación de sus maestros, las políticas de su administración, su trabajo social, ambiental y ecológico y su énfasis cultural; para continuar consolidándose como una institución que está evolucionando constantemente para prestarle un servicio a la sociedad colombiana.

Grupo de Maestros y Maestras en la década del 60.
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