El Liderazgo
En el Gimnasio Moderno nos educamos en función de nuestros proyectos de vida, pero ante todo nos educamos para el servicio a los demás y para la construcción de una sociedad mejor. Queremos aportarles al país y a las universidades personas críticas y autocríticas, ciudadanos del mundo con conciencia social y ambiental, con sentido de justicia y respeto por la diversidad. La palabra “Moderno” tiene muchas definiciones. Para nosotros es la voluntad de los seres humanos de entender las posibilidades y los retos de su propio tiempo, de crear nuevas alternativas a partir del diálogo y el conocimiento, la libertad y la empatía hacia los otros. Por esta razón nuestro propósito mayor es despertar la innovación en los estudiantes, educarlos desde muy pequeños en ambientes de libertad y de construcción activa de la democracia, donde se propicien la honestidad y la confianza.

Estudiantes en el laboratorio.
Por liderazgo, entendemos la capacidad de nuestros egresados, ocupen los roles que ocupen, de trabajar junto a los otros en la transformación del mundo y en específico de Colombia. Pensamos que este liderazgo se construye a través del autoconocimiento, de la comprensión del propio ser, de sus limitaciones y alcances, de las particularidades que lo diferencian. De esta forma, a través del descubrimiento de sí mismo, es decir, desde la autenticidad y su aceptación, es posible comprender mejor el entorno, y de esta forma, responder a sus necesidades. No sabemos los retos que el futuro les pueda deparar a nuestros estudiantes. Sin embargo, confiamos plenamente en que estos retos, por difíciles que sean, se pueden superar con alegría y con esfuerzo, con capacidades rigurosas y unos principios éticos que orienten las acciones. Pensamos que las palabras de Tomás Rueda Vargas, en los Estatutos del colegio, tienen cada día una mayor vigencia, aun cuando las sociedades no son exactamente las mismas:
Por vía de cargo se ha dicho que el Gimnasio se ocupa de la educación de las llamadas clases dirigentes. Es verdad, y en eso reside precisamente su mérito, y ello constituye la suma de sus dificultades. Mientras la educación de las gentes que por cualquier razón ocupan posiciones ventajosas en la sociedad no se atienda con todo el cuidado que merece, es inútil pretender que ellas influyan benéficamente en el progreso bien entendido del país…

Artistas gimnasianos.
La Formación Humana
Para educar líderes honestos, defensores de la libertad y la democracia, lo formativo y lo académico son aspectos esenciales de una formación integral. Buscamos formar estudiantes integrales, capaces de conciliar, en sus vidas y en el trabajo, la ética y los conocimientos, el amor a Colombia y el compromiso con un mundo que va más allá de las fronteras. Sin embargo, es muy importante que se comprenda bien lo que entendemos por cada una de estas categorías, así en la práctica no puedan separarse.
Agustín Nieto Caballero y los hermanos Samper Brush, fundadores del Gimnasio Moderno, quisieron crear un colegio donde los niños fueran felices, se sintieran valorados y respetados, gozaran de derechos y tuvieran la posibilidad de disentir. Su concepción de fondo era que los niños no eran recipientes vacíos que había que llenar, sino chispas por encender y alimentar. Creían también que el propósito de la escuela es permitir que los estudiantes desarrollen el carácter a partir de lo que aprenden en las clases, en sus experiencias de vida, en su relación con otros compañeros y profesores, y en el conocimiento de sí mismos.
Para ello, la Escuela Activa fue el modelo pedagógico que mejor se adaptaba a sus propósitos: los niños aprenden y se desarrollan con más facilidad en la interacción, en la experiencia y en un ambiente propicio que con el discurso o las clases teóricas. Era importante, además, crear un colegio de relaciones más horizontales entre profesores y estudiantes, de modo que fuera la admiración y no el miedo el factor vinculante de unos y otros.

Alegría en el rostro de un gimnasiano.
El éxito de estos esfuerzos en los que creemos hoy en día tiene como mejor indicador el carácter de los niños y adolescentes. Nuestros estudiantes son felices, hacen amistades para toda la vida,
tienen identidad y sentido de pertenencia, aman a su colegio y a su país, desarrollan el liderazgo y la autonomía, saben disentir y hacen amistades con sus profesores que trascienden el aula.
En lo formativo, lo esencial es permitir que los estudiantes se pongan en contacto con su mundo interior y con su voz interna, mediante la reflexión. Que ellos generen conocimiento y aprendizaje desde el hábito de la pregunta y del diálogo, y no desde la imposición. Hay que hacer que los estudiantes se eduquen a sí mismos, inspirados por la guía y la dinámica de sus profesores.
En las últimas décadas, las investigaciones desde la Psicología Positiva, la Neurociencia y las Pedagogía Educare, han confirmado la necesidad de perseguir estos propósitos. Sabemos hoy en día que lo que genera desarrollo humano y formación ética son el ejemplo de padres y profesores, el ambiente y la cultura de la escuela (que educan más que el discurso), poner a los estudiantes en contacto con su mundo interior (la reflexión sobre las experiencias de vida y el autoconocimiento), el cultivo de emociones positivas, la búsqueda de sentido y propósito propios y el desarrollo del carácter. El proyecto de formación humana del colegio trabaja actualmente en estas dimensiones de manera intensa.
Educar es, de manera importante, desarrollar el carácter mediante la identificación y el desarrollo de las fortalezas de nuestros estudiantes. También es inculcar en ellos virtudes como el esfuerzo, la perseverancia, la dedicación y el trabajo vigoroso y sostenido. En el Gimnasio Moderno es posible la coherencia entre lo que se siente, se piensa, se dice y se hace, en la medida en que se permite disentir. Por otra parte, también nos preocupamos por identificar las debilidades del carácter de los educandos para que, una vez las hagan conscientes, procuren atenuarlas y corregirlas.
A esto se le ha llamado en el Gimnasio Moderno la Disciplina de Confianza. En este colegio creemos y confiamos en nuestros estudiantes. Confiamos en su palabra, en sus acciones y en sus capacidades. Creemos que debemos educar con razones, no con imposiciones desde la autoridad, porque educamos para que ellos aprendan a disentir.
En el Gimnasio Moderno los estudiantes tienen derechos, en especial, el de manifestar sus reparos, un reto que apuesta por que cada decisión del profesor, alumno o directivo sea razonable. Con esta manera de entender las relaciones y la autoridad, tratamos de cultivar estudiantes asertivos que piensen por sí mismos: personas autónomas.
Cuando hablamos del rol del maestro (“Lo que el maestro sea, será la Escuela”), figura preponderante en nuestro colegio, decimos que esto implica un reto enorme porque nuestro ejemplo educa más que el discurso, como lo decía John Dewey, el principal motivador de la Escuela Activa. Por eso, los maestros debemos trabajar todos los días en nuestra propia formación humana para poder servir de ejemplo y ser coherentes.
El Fortalecimiento Académico
Las preguntas que buscamos contestar cuando hablamos de fortalecimiento académico obedecen a interrogantes como los siguientes: ¿cómo generamos pasión por el conocimiento? ¿Cómo generamos una cultura del esfuerzo, una ética del trabajo y la dedicación? ¿Cómo transformamos nuestro clima en el aula? ¿Cómo le damos al estudiante las herramientas para que mejore todos los días? Según la Escuela Activa, debemos cambiar nuestras prácticas para generar mayor pasión e involucramiento. ¿Qué creemos que debe pasar en el aula?
En primer lugar, resulta esencial conectar lo que se estudia con la vida de los estudiantes. Con sus necesidades e intereses, con su realidad, con sus edades, con sus preocupaciones. Es también esencial generar puentes entre los saberes y una conexión entre las disciplinas. Es esencial partir siempre de preguntas y problemas, y no de contenidos. Es esencial en nuestras clases generar retos posibles con niveles de dificultad adecuados, que nos permitan crear involucramiento. Es esencial relacionarnos con nuestros estudiantes desde sus fortalezas, no desde sus carencias. Ver lo bueno de cada uno de ellos. Es esencial valorar el esfuerzo, el trabajo, el sacrificio, el proceso y la dedicación, no sólo el resultado, el talento o la inteligencia. Finalmente, es esencial enseñar en un contexto, y explicar por qué y para qué se está aprendiendo lo que se estudia. Por estas razones son tan valiosos los proyectos de aula, pues integran varios de estos lineamientos.
Todo lo anterior se une con nuestro modelo pedagógico, la Escuela Activa. En el Gimnasio Moderno aprendemos mejor cuando lo que estudiamos está relacionado con nuestra vida, con nuestros problemas e intereses. Aprendemos mejor con el ejemplo. Aprendemos mejor haciendo. Aprendemos mejor con las experiencias. Aprendemos con el ambiente que vivimos. Aprendemos reflexionando. Aprendemos en la discusión con los otros. Aprendemos trabajando por proyectos. Aprendemos al resolver problemas. Aprendemos de nuestros errores. Aprendemos cuando tenemos contexto sobre lo que estudiamos. Aprendemos con el trabajo en equipo. Aprendemos cuando relacionamos áreas del saber. Aprendemos jugando. Y aprendemos en un ambiente de seguridad emocional y alegría.
El fortalecimiento académico en el Gimnasio tiene que ver con modificar la cultura institucional, el clima en el aula y las relaciones entre profesores y estudiantes, además de establecer unos parámetros muy claros de evaluación, que nos permitan transmitir a los niños y adolescentes los avances de sus aprendizajes y de su propio desarrollo. También con hacer que la educación que reciben sea significativa para los niños y los adolescentes, lo que, de paso, casi siempre contribuye a unos mejores resultados para todos los estudiantes. Y tiene que ver, sobre todo, con honrar nuestro himno: “Amamos la constancia y el esfuerzo”. Con enseñarles a nuestros jóvenes que nada hay en la vida más importante que el esfuerzo, la dedicación y el trabajo duro, unidos a la importancia de tener propósitos y metas, y de trabajar desde las fortalezas, los talentos y las pasiones. En el esfuerzo casi siempre estará la semilla de la recompensa; es de esperar que de un adecuado seguimiento, atento a las dificultades pero que potencie sobre todo las fortalezas, florezcan los mejores resultados.
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