El modelo pedagógico que plantea el colegio reconoce que las formas de aprender y enseñar se han modificado, y que la escuela de hoy exige nuevas maneras de relacionarse con el aprendizaje, puesto que, como ya se ha señalado, pensar y actuar en el mundo moderno implica reflexionar sobre cómo construye el ser humano conocimiento, cómo genera formas de aprendizaje que permitan la apropiación del mismo, cómo puede usarlas en relación con otros conocimientos y otras realidades, cuál es su papel en la cultura y en la historia. Estas relaciones con el aprendizaje establecen modos distintos de actuar, que dependen básicamente de lo que el Gimnasio considera importante potenciar en los estudiantes. Está claro que desde este modelo no son las conductas las que se evalúan sino las estructuras cognitivas, las formas de interacción social, las transferencias y la integralidad en la formación.
En ese sentido, el Gimnasio se distancia de cómo se ha concebido tradicionalmente la evaluación de los aprendizajes. La labor pedagógica de evaluación del Gimnasio no es tanto de carácter cuantitativo, que pretende estandarizar grupos para regular comportamientos o solo verificar conductas observables. La evaluación se asume desde el paradigma cualitativo, que hace énfasis en los procesos de aprendizaje y en las diferencias individuales de los estudiantes, no como una forma de medir aprendizajes, sino como la posibilidad de entender los procesos llevados a cabo por los estudiantes en la adquisición del conocimiento. De este modo, se reconocen los modelos de evaluación formativa y auténtica, en las que los estudiantes se autoevalúan, son evaluados por sus pares y por el maestro, lo cual implica la oportunidad de aprender de sus dificultades y mejorar la calidad de sus aprendizajes. La cuestión principal de la evaluación es entonces diseñar tareas que sean pertinentes y válidas y que ayuden a poner en relieve diversos aspectos implicados en el uso del conocimiento de los alumnos.
En consecuencia, la evaluación en el Gimnasio Moderno se caracteriza por ser continua, integral, razonada y cualitativa. Se convierte en una herramienta de reflexión sistemática sobre cómo se construye y usa el conocimiento, e involucra a todos los participantes del proceso educativo. En este sentido, no se reduce únicamente a constatar qué tanto ha aprendido o qué tanto sabe el estudiante, sino que tiene en cuenta aspectos fundamentales, como de qué forma lo ha aprendido, para qué le sirven esos aprendizajes, a través de qué vías ha llegado a ellos y cómo va a valerse de los mismos. Por eso, el colegio concibe la evaluación como una herramienta que busca valorar la formación integral del estudiante y asume el desarrollo del proceso educativo como un todo.
Desde esta mirada, la evaluación del aprendizaje, exige un proceso de planeación del ejercicio de evaluación en el que los resultados enriquezcan las miradas de profesores y estudiantes sobre los dominios de conocimiento, sistemas de pensamiento, lo que están consiguiendo aprender, para ajustar adecuadamente la ayuda que debe proporcionarse en cada caso, así la evaluación no es algo ajeno.
De esta manera, El sistema de evaluación del Gimnasio contempla cuatro niveles de desempeño. Estos cuatro niveles son: Reconocer, comprender, analizar y aplicar.
En el nivel de reconocimiento o recuerdo el estudiante se ha familiarizado con la información nueva, relacionándola con el conocimiento que ya sabe.
En el nivel de comprensión, Se debe evidenciar que el estudiante es capaz de organizar la información para lograr integrar el conocimiento en diferentes situaciones.
En el nivel análisis, el estudiante es capaz de clarificar la información existente descubriendo y examinando las partes de un todo. Al analizar el estudiante es capaz de articular las piezas que juntas constituyen un conjunto.
En el nivel de transferencia se debe evidenciar la utilización del conocimiento significativamente. La transferencia se basa en la capacidad del estudiante de aplicar sus conocimientos en contextos diferentes. El estudiante es capaz de reunir la información, generalizarla y resolver cualquier tipo de problema.
Con estos niveles se precisa el mejoramiento en los mecanismos de evaluación y se apunta a establecer no qué tanto no sabe el alumno, sino qué sabe, cómo lo sabe, cuándo puede activarlo, en qué contextos lo usa efectivamente, qué dificultades encuentra para hacerlo. De esta manera, la evaluación se convierte en una secuencia articulada de actividades conjuntas entre profesor y alumno. Estas acciones tienen una representación y una equivalencia en el Sistema Institucional de Promoción y Evaluación de los estudiantes, anexo a este documento.
Consecuencia de estas relaciones entre modelo pedagógico, estrategias de enseñanza – aprendizaje- evaluación, se puede sintetizar en estas ideas claves ¿Cómo aprendemos en el Gimnasio?: Aprendemos mejor cuando lo que estudiamos está relacionado con nuestra vida, con nuestro contexto, con nuestros problemas e intereses. Aprendemos con el ejemplo. Aprendemos preguntando. Aprendemos haciendo. Aprendemos de las experiencias. Aprendemos reflexionando. Aprendemos en la discusión con los otros. Aprendemos cuando aplicamos el conocimiento en un proyecto. Aprendemos resolviendo problemas. Aprendemos de nuestros errores. Aprendemos cuando tenemos contexto sobre lo que estudiamos. Aprendemos trabajando en equipo. Aprendemos cuando relacionamos las áreas del saber. Aprendemos jugando todo ello porque que el ambiente educa más que el discurso: un ambiente democrático educa más que horas de clases teóricas sobre la democracia. El modelo pedagógico del Gimnasio Moderno se asume, ante todo, como un sistema articulado que interrelaciona a sus actores y plantea una forma particular de concebir la práctica educativa teniendo en cuenta qué tipo de ser humano se quiere formar.
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