
Víctor Alberto Gómez Cusnir – Rector
La vida en el Gimnasio transcurre en medio de cierto misticismo, experiencias de aquellos que compartieron formación y conocimiento en las aulas. Los gimnasianos son los protagonistas de una historia viva, pletórica, llena de intercambios emocionales con su entorno, aquí la paz sobrecoge, abraza y por una fuerza especial nos llena de entusiasmo. En esta arquitectura centenaria, cada rincón es una anécdota y cada recuerdo una estructura. La Raqueta es mucho más que un óvalo imperfecto, un plano inclinado que desafía el juego infantil y las palabras, los pinos no son sólo guerreros de lo verde que guardan los secretos de lo que ocurre en estos muros. El Gimnasio parece fundido con la naturaleza porque en su esencia fluye lo verde y lo naranja, como ríos de esperanza y alegría por los que han navegado noventa y cinco promociones, todos capitanes de navío en busca de su propio puerto. La aventura empieza en el aula y por esta razón nuestros maestros están en la permanente obligación de construir viajes, repasar mapas y explorar nuevos territorios.
Desde las piedras fundacionales, el hombre libre ha sido el pilar y los métodos de enseñanza -tan originales como revolucionarios- puestos a prueba en estos prados, más allá de incorporar ciertas tendencias, el Gimnasio ha determinado algunas, desde la aproximación cautelosa a la realidad humana, a los conflictos sociales y los desafíos de un mundo complejo y catárquico. Se comprende desde luego, que explicar el mundo es una tarea inaplazable, atender la enorme desigualdad un compromiso y debatir las nuevas ideas una obligación.
Para estos propósitos, necesariamente debemos apelar a nuestro insigne apellido: Moderno es lo que acontece de cara al futuro, como una incesante línea de tiempo, que nos transporta hacia nuevos destinos sin desconocer el pasado. Quizás en el colegio nada es más cierto que la vigencia de nuestros antecesores, su pensamiento vive con nosotros y es perentorio revivirlo con las conexiones necesarias al presente.
Aquí tendremos la mejor tecnología al servicio de los mejores hombres, centros de investigación como evolución de nuestros centros de interés. Formación centrada en los principios como el de la Disciplina de Confianza desde las nuevas cátedras y planes de estudio con hilos conductores claros y precisos para el desarrollo de los diferentes ámbitos de pensamiento. Tendremos los mejores laboratorios de ciencias, las más completas bibliotecas que impulsen la investigación.
Deber indispensable es el establecer cuál es nuestra actitud frente a las nuevas formas y métodos de aprendizaje. Cómo disponer de los adelantos tecnológicos en beneficio de una población de niños y jóvenes, cuyo lenguaje y crecimiento es permeado por estos dispositivos.
Las ciencias serán simuladas en las aulas de clase en donde encontraremos difícil diferenciar lo que llamamos realidad frente a otros conceptos como realidad extendida o aumentada. El acceso a la nube o a las infinitas fuentes de información, implicará otro tipo de viajeros o navegantes capaces de entender qué interesa y qué no a quien aprende. El aula inteligente ya es parte de nuestra cotidianidad y quizás aparece entonces con más fuerza la necesidad de orientar a nuestros jóvenes en los nuevos escenarios.
Nos corresponde la ardua tarea de asimilar estos cambios y de formar en los principios básicos de convivencia y en las complejidades de la autonomía para que los futuros bachilleres tengan claro cuáles son los límites de la confianza y las bondades de la disciplina.
El Gimnasio Moderno, toda una tradición de valores en acción, ha permeado de manera notable la formación de numerosas generaciones de gimnasianos, cuyo liderazgo basado en principios, vocación de servicio, espíritu incluyente y amor por Colombia, ha escrito esta historia en verde y naranja.
No somos ajenos a la construcción de una sociedad mejor que garantice a sus ciudadanos el sano ejercicio de sus derechos. Por tal razón, desde la rectoría, asumimos el compromiso con la civilidad, esto es, con la formación de hombres de bien que consoliden el perfil humanista y el talante liberal que han contribuido al desarrollo social de Colombia durante un poco más de cien años.

Recibimiento por parte de los estudiantes a Víctor Alberto Gómez Cusnir, en su primer día como Rector el 23 de julio de 2012.
Nuestros alumnos serán punto de referencia por haber recibido una educación integral de los más altos estándares académicos y éticos. Convertirse en una buena persona resulta esencial para enfrentar los desafíos de la modernidad. Es cierto que el siglo XXI demanda el desarrollo de competencias variadas y complejas en los estudiantes; también lo es, el que debamos asimilar tendencias en la apropiación de conocimiento, tecnologías de información y comunicaciones. Pero más allá de estos modelos pedagógicos imperantes, inclusive el que define nuestra Escuela Activa, lo que habrá de guiar esta nueva visión de nuestro querido Gimnasio serán las mismas preguntas que se hicieran los fundadores: ¿para qué educar?, ¿cómo desarrollar el pensamiento crítico y la creatividad en los alumnos?, ¿cómo desarrollar la flexibilidad y la capacidad de adaptación en tiempos de constantes cambios y de nuevos problemas y desafíos? Para resumir, ¿cómo educar para la incertidumbre?
Con el propósito de dar cumplimiento a tan ardua tarea, he propuesto ocho líneas estratégicas cuyos fundamentos y desafíos, claramente explicados en este PEI, son las siguientes:
1. Formación humana y Disciplina de Confianza.
2. Maestros gimnasianos.
3. Fortalecimiento académico.
4. Bilingüismo e internacionalización.
5. Escuela de líderes con sentido social y conciencia ambiental.
6. Proyección externa e impacto social.
7. Currículo del siglo XXI (Desarrollo pedagógico).
8. Modernización administrativa y gestión directiva.
El Proyecto Educativo Institucional, PEI, desarrollará estas líneas estratégicas en el contexto de la globalización y la comprensión de la diversidad, así como en el aprecio y respeto por la filosofía que ha inspirado a esta institución durante una centuria.
Asimismo, ha sido elaborado a partir del pensamiento y ejecutorias de quienes me antecedieron. Responde a una reflexión colectiva en la cual participaron las diferentes instancias de la comunidad educativa. Consciente de que una idea educativa no puede ser el resultado de una sola mirada, de que el colegio sólo podrá durar otros cien años si logra orquestar sueños y talentos muy distintos, este proyecto es la consecuencia de un diálogo constante entre profesores y estudiantes, padres y exalumnos, directivos y algunos de los expertos más destacados del país y del mundo.
Más allá de las consideraciones mediáticas y de los múltiples estudios sobre los retos del siglo XXI, pretendemos dar al país los líderes que necesita y tratamos de revelar la luz interior de cada uno de nuestros estudiantes, de modo que, sin importar su profesión o su campo de acción, aporten a la sociedad lo mejor de sus potencialidades como consecuencia de haber sido felices y comprendidos y de haber aprendido a perseguir sus intereses con esfuerzo.
Queremos seguir transformando la sociedad para el mejoramiento de la calidad de vida de todas las personas. Buscamos, desde este “alcázar de ilusión” al que nos invita el himno del colegio, que la esperanza y la alegría que simboliza nuestra bandera, todo esto que representamos y que perseguimos con esfuerzo, se convierta en un modelo de educación para la paz, precisamente en el momento en que más lo necesita Colombia. Don Daniel Samper Brush dijo alguna vez: “Trabajar por los niños es la única manera de hacer patria”. Todavía lo seguimos creyendo. Continuaremos formando líderes con sentido social y ambiental, comprometidos con su propio mejoramiento y con la resolución de los problemas que su mundo les depara.
En el prólogo de la reedición del libro Una Escuela, de don Agustín se reseñó: “estas páginas podrían ser nuestra carta de navegación, la columna vertebral de los cien años que acaban de pasar y el futuro por venir. Ha sido el andamio para que nuestra institución siempre haya sido vigorosa y coherente con los postulados de sus fundadores que confirma que nuestra diaria tarea sea un espacio de recreo inteligente y construcción del Bello Carácter de muchos colombianos. Son dichos textos nuestra brújula, nuestra cartografía, nuestro verdadero instrumento de navegación segura porque los desafíos de los tiempos vienen cargados de confusiones y desviaciones. Cada rector lo ha interpretado de acuerdo a su talante y sus matices, pero todos hemos navegado con la seguridad que dicha brújula siempre nos conducirá a puerto seguro, sin importar los vientos y las mareas”. Así, el Proyecto Educativo Institucional que sigue a continuación será nuestra carta de navegación, nuestra brújula, nuestro desafío.
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